Los Mundiales de Superbikes y Supersport nacieron con el objetivo de crear un campeonato en el que participaran motos derivadas de la serie, en línea con los certámenes nacionales de 'Producción' tan populares en el Reino Unido o Estados Unidos. La idea no podía ser más acertada, ya que el espectador disfrutaba con las evoluciones en la pista de motos idénticas, al menos exteriormente, a las que él podía adquirir en las tiendas. Ésta era una de las grandes diferencias con el Mundial de velocidad, en el que sólo competían prototipos creados por y para la competición; la segunda se refiere al ciclo de los motores: cuatro tiempos en Superbikes y Supersport y dos tiempos en el Mundial 'clásico'.
El reglamento técnico, por lo demás, apuesta por la simplicidad y establece diferencias en función del número de cilindros: en Superbikes, las motos tetracilíndricas -como Yamaha y Kawasaki- tienen un tope de 750 c.c., las tricilíndricas de 900 c.c. y las bicilíndricas -Aprilia y Ducati- de 1.000 c.c.; en Supersport, las tetracilíndricas no pueden superar los 600 c.c. y las bicilíndricas se quedan por debajo de los 750 c.c.
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